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Buscan reformar la ley de residentes para mejorar las condiciones laborales en Mendoza

Médicos, Gobierno y AMPROS trabajan en una ley que mejore las condiciones de los residentes
Así lo acordaron en paritarias. La intención es reformar la ley que está vigente desde el 2008 para adaptarla a los tiempos que corren y a las necesidades actuales de los profesionales en formación

Allá por mayo de 2008 se le daba vida a la Ley de Residencias Médicas en Mendoza, una norma que, con aciertos y errores, logró derechos para los médicos residentes. 14 años después, en el último convenio paritario con AMPROS, el gremio y el Ministerio de Salud acordaron también trabajar en su reforma.

La realidad abruma: en la Provincia -en la Argentina y en el mundo- escasean los especialistas por lo que, de alguna manera, es necesario un cambio que transforme la oferta en atractiva y que a su vez proteja y cuide a los médicos que se la juegan y deciden decirle que sí al proceso de residencia que en Mendoza puede durar entre tres y cinco años.

Ese proceso de estudio y transformación comenzó a fines de noviembre y continuará el año próximo con el objetivo de plantear posibles cambios ante la Comisión Negociadora entre marzo y abril.

AMPROS coordinó durante el último mes una serie de encuentros con residentes en los principales hospitales de la Provincia para que las posibles modificaciones surjan de los propios protagonistas.

El objetivo de la reforma de la Ley de Residencias Médicas

La meta fue pactada en el punto 7 del acta paritaria del 9 de noviembre: “Mejorar las condiciones laborales de este recurso humano en formación, y crear sistemas de incentivos a fin de corregir la cantidad de profesionales necesarios en áreas estratégicas del sistema sanitario provincial”.

“La ley es muy buena pero el problema es el abuso en su cumplimiento”, reconoció en diálogo con Diario UNO Claudia Iturbe, secretaria general de la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud.

Claro, fue el propio gremio el que la impulsó allá por el 2008 pero los tiempos han cambiado, las necesidades también y la misma práctica ha dado la experiencia suficiente para analizar qué se podría mejorar.

La ley actual reconoce que la naturaleza de la residencia es “formativa- prestacional”, es decir que durante ella, el médico tendrá una asistencia intensiva al servicio en el que ejecutará actos de progresiva complejidad supervisados pero también deberá capacitarse participando de clases y presentando trabajos de investigación.

Sin embargo, dice Iturbe: “En los hospitales están todo el día trabajando y el Gobierno los usa como mano de obra barata”.

Mucho se ha hablado también durante años de las llamadas “guardias castigo”.

Incluso en 2017, cuatro jóvenes médicos denunciaron maltrato psicológico y físico padecido en diferentes hospitales públicos de Mendoza. Según destacaban en aquel entonces, mientras trabajaban 30 horas seguidas, recibían desde baldazos de agua fría para despertarse hasta golpes en la espalda o cachetazos; y si los enganchaban comiendo, a esa jornada extendida se les sumaban 12 horas más.

Y la llegada de la pandemia por Covid, dicen, fue un antes y un después para los residentes que, de algún modo, dijeron “basta”.

La necesidad de afrontar la situación con terapias casi repletas mientras los propios médicos eran los que primero se enfermaban, hizo que muchos de los residentes debieran interrumpir su proceso de formación, o al menos el clásicamente conocido, para sumergirse en un nuevo mundo con Covid en el que los hospitales parecieron, por momentos, una trinchera.

Faltan especialistas porque faltan residentes

Hoy, faltan especialistas porque faltan residentes. Y el fenómeno es mundial. Ya lo dijo la Sociedad Argentina de Pediatría manifestando “su preocupación por la cantidad de vacantes que han quedado sin adjudicar en las residencias de Clínica Pediátrica, Neonatología y Terapia Intensiva Pediátrica de todo el país”.

“El futuro de la pediatría y de la atención de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país requiere de una pronta solución que asegure una formación adecuadamente remunerada, digna y de calidad científico-técnica”, decían hace unos meses reflejando una situación que día a día se complica más.

Y Mendoza, claro está, no es ajena a un problema multicausal: la crisis económica obliga a los médicos a buscar una salida laboral rápida y las residencias no se pagan lo suficiente; la ley actual establece un “régimen de dedicación exclusiva” de los residentes por lo que no pueden trabajar aparte; no tienen licencias por capacitación ni enfermedad y, para colmo de males, las guardias son eternas.

Los médicos jóvenes quieren “vivir” fuera del hospital y eso, en épocas de residencia, es mala palabra.

“Las residencias no resultan atractivas para que los jóvenes estudien”, dice Iturbe. Entonces, la intención es que sean los mismos residentes los que propongan los cambios que consideran necesarios. Que durante estos meses estudien la ley actual, la analicen y planteen modificaciones conforme a su realidad.

“Entre los puntos de mayor importancia creemos que radican las mismas erogaciones de sueldos y adicionales a las de un profesional de la salud de planta, la reglamentación de un descanso post guardia y de licencias por enfermedad, el pago de guardias, la autorización de licencias por capacitación y la reducción de los años de residencia de primer y segundo nivel”, resalta la gremialista.

“Otro de los objetivos es que los residentes privados y nacionales cobren el mismo valor hora que los profesionales de planta efectiva”, sostuvo.

Los encuentros entre residentes, el gremio y el Gobierno

Tras el acuerdo paritario, AMPROS comenzó una recorrida por los hospitales principales de la Provincia para darles participación a los residentes en este intento de reforma de la ley que regula su actividad.

También se celebraron reuniones con la Comisión de Residencias del Gobierno de Mendoza, el Cuerpo Asesor Docente (CAD), una comisión que conforman profesionales de la Salud que asesora de manera directa a la ministra de Salud, Ana María Nadal y con la Comisión Provincial de Capacitación Docencia e Investigación, que es un órgano colegiado previsto por los convenios colectivos de trabajo y que está a cargo de la doctora Sara Inés Papa.

Estos encuentros entre los diferentes actores se retomarán en febrero, después de que los residentes cumplan con el mes que les corresponde de vacaciones.

La intención es seguir trabajando los posibles cambios para presentarlos ante la comisión negociadora.

 

Fuente: https://www.diariouno.com.ar/sociedad/medicos-gobierno-y-ampros-trabajan-una-ley-que-mejore-las-condiciones-los-residentes-n1067765

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