La renuncia del director del Hospital Posadas, Dr. Ángel Daniel Elba, puso en evidencia la creciente tensión en uno de los hospitales más grandes y emblemáticos del país. La decisión se conoció un día después de que la dirección intimara a los médicos residentes a suspender las medidas de fuerza con las que reclaman mejoras salariales y condiciones laborales dignas.
Un conflicto que no da tregua
El Hospital Posadas, ubicado en Morón y de alcance nacional, atraviesa una situación crítica. Los médicos residentes denuncian sueldos básicos que no superan los $797.000 mensuales, con una carga horaria que supera las 60 o incluso 70 horas semanales, sin bonificaciones ni reconocimientos adicionales.
Desde la dirección se había anunciado que se utilizarían “recursos propios” para intentar mejorar los ingresos, pero el comunicado fue acompañado de una exigencia directa: «revertir las medidas de fuerza». La respuesta no tardó en llegar: los residentes rechazaron la presión y mantuvieron su amenaza de paro.
Renuncia en medio del conflicto
La renuncia del Dr. Elba, formalizada al día siguiente de esa comunicación, se dio en este contexto de alta tensión. Si bien alegó “motivos personales y profesionales”, su salida tras solo seis meses de gestión coincide con el momento más crítico del reclamo de los residentes, que sigue sin una respuesta clara por parte del Gobierno nacional.
Elba había sido designado en enero de 2025 por el Ministerio de Salud. Su breve paso por la dirección se cerró con una carta en la que agradeció la oportunidad y deseó “éxito a quienes continúan la labor en la institución”.
El reclamo de los residentes: un problema nacional
Los residentes del Posadas, al igual que sus colegas del Hospital Garrahan, reclaman una actualización salarial urgente. Denuncian que el sistema se sostiene sobre sus espaldas, pero sus derechos laborales siguen siendo vulnerados.
El mensaje es claro: «Somos profesionales en formación, pero también trabajadores. No somos descartables.»
El caso del Posadas se suma a una larga lista de hospitales públicos en crisis, donde los médicos residentes cumplen tareas esenciales bajo condiciones precarias. Rosario, el Garrahan y ahora el Posadas, muestran que no se trata de reclamos aislados, sino de una situación estructural que pone en riesgo el futuro de la salud pública argentina.
La salida del director del Hospital Posadas en medio del conflicto con los residentes no es solo un dato institucional. Es un síntoma de un problema profundo: la desvalorización del trabajo médico en formación, que hoy sostiene la atención en los hospitales, pero que no encuentra ni reconocimiento ni condiciones laborales a la altura.
Mientras las autoridades intentan administrar la crisis, los residentes siguen en lucha, defendiendo no solo sus derechos, sino también el derecho de la población a una salud pública de calidad.